Drakko X
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La Batalla del Jahuactal


Invadida la república mexicana por los países de la triple alianza (España, Inglaterra y Francia) con el fin de derrocar al gobierno republicano y establecer una monarquía para exigir el pago de la deuda económica que México había contraído con ellos.

El 8 de Junio de 1863 llega a la ciudad de San Juan Bautista, hoy Villahermosa, el francés aventurero Eduardo González Arévalo que con ochenta hombres reclutados en la Isla del Carmen, Campeche, toma la capital del estado, siendo gobernador don Victorio V. Dueñas; este tuvo que retirarse a los pueblos de Atasta y Tamulté para después trasladarse a la Chontalpa, en donde reunió más de mil hombres y se regresó a San Juan Bautista para encararse con Arévalo en el lugar conocido como la Ceiba de Atasta a las afueras de la ciudad de Villahermosa.

Por su parte, Pedro Méndez Magaña, jefe de las tropas liberales instaladas en Cunduacán, instaba a los chontalpanecos a levantarse en armas con el lema Unión y Fortaleza para demostrarle a los paracaidistas invasores franceses que sus cañones no doblegaban el empuje de la valentía y de las bayonetas deseosas de defender la Patria chica.

En Cárdenas y Comalcalco los coroneles Andrés
Sánchez Magallanes y Gregorio Méndez Magaña se alzaban en armas acordando que ambos se unirían a los constituyentes atrincherados en Cunduacán, declarado cuartel general de operaciones de las tropas liberales.

El 13 de octubre de 1863, el coronel Gregorio Méndez Magaña es nombrado Jefe supremo de las Fuerzas Republicanas, dado su nacionalismo, sagacidad y prudencia.

El 28 de octubre del mismo año, reunidos el jefe de las fuerzas republicanas con el coronel Sánchez Magallanes y los comandantes Lino Merino, los hermanos Castillo, los hermanos Bastar y otros, dieron la orden de marchar en dirección a Cunduacán. Este movimiento favoreció a las tropas liberales para poder ubicarse y prepararse para presentar el combate al enemigo  que se encontraba en las cercanías de la población.

La madrugada del primero de noviembre de 1863, el ciudadano Abraham de la Cruz se escapó del rancho de la Trinidad (Gregorio Méndez y Rancho Nuevo) para avisar al coronel Gregorio Méndez Magaña, jefe supremo de las fuerzas republicanas, que el aventurero Eduardo Gonzalez Arévalo se encontraba descansando con 350 hombres que componían sus fuerzas de artillería, infantería y caballería a cuatro kilómetros de la población.

Ante lo imprevisto e inexperto de las tropas, aunado con la faltas de municiones, Méndez tomó la decisión de librar el combate utilizando como estrategia la emboscada.

Para está ocasión utilizó a 300 hombres que se atrincheraban en el lugar conocido como El Jahuactal a un kilómetro del pueblo (Colonia Abraham de la Cruz) y 50 hombres de caballería custodiaron las entradas de la población por donde el enemigo podía franquearlos.

Preparada la emboscada, el coronel Gregorio Méndez Magaña nombró a cuatro exploradores de a caballo al mando del teniente Juan Solís; 50 hombres al mando del Capitán Antonio Reyes Hernández; 50 hombres de infantería al mando del capitán Anastasio Gil; 45 hombres de caballería bajo las órdenes del capitán Francisco Rosaldo; 40 hombres de fusilería al mando del capitán José A. González y 30 libres, estos, costeños, capitaneados por
Encarnación Alejandro. Toda ésta fuerza liberal se ubicó estratégicamente a la izquierda del camino del Jahuactal para evitar hacerse daño al romper fuego contra los invasores. Al amanecer, el enemigo no se hizo esperar por mucho tiempo; los exploradores los avistaron y rompiendo el fuego pasaron por el Jahuactal para alertar a sus compañeros atrincherados y continuaron hasta el centro de Cunduacán para incorporarse a la reserva al mando del capitán Antonio Adriano. Ante este inicio de lucha los nervios traicionaron al sargento Jacinto López e inició el fuego antes de tiempo, denunciándose así la posición de los liberales.

El enemigo comprendió la celada y rompió el fuego, entablándose la lucha histórica de la Batalla del Jahuactal entre los liberadores chontales que defendían la patria y los audaces franceses invasores, que desconcertados por la valentía de los tabasqueños, hacían disparos de cañón y fusilería pero sin fijar el objetivo. Jacinto López, queriendo reponer su error, salió por segunda vez al bosque y se lanzó con machete en mano sobre la pieza mortífera; un cañonazo le quitó la vida a Jacinto López pero sus compañeros lograron apoderarse del arma mortal.

Ésta acción proporcionó a los nacionalistas el principio del triunfo y la derrota de los imperialistas que veían en México una futura colonia.

Un poco despué del mediodía las municiones de los tabasqueños se agotaban y cuando el coronel Gregorio Méndez presentía la derrota, el capitán Antonio Reyes Hernández salvó la situación al apoderarse de unas cajas de cartuchos de los enemigos; Méndez ordena nuevamente abrir fuego cerrado con lo que las fuerzas invasoras, poseídas del pánico, iniciaron la retirada.

Otro acto que hace posible el triunfo de los aguerridos republicanos en está histórica batalla del primero de noviembre de 1863, es la oportuna estrategia de Bibiano García, que en forma ocurrente, al darse cuenta del inminente peligro en que se encontraban sus compatriotas, reunió todo el ganado que a esas horas se encontraba rumiando bajo las sombras de los árboles y arriándolos al tropel tendido hacia el lugar del combate, gritaba “¡Adentro la caballería de Oaxaca!” “¡Mueran los enemigos¡” “¡Viva México!”; al escuchar las tropas de Arévalo aquel extraño y ruidoso tropel confundido entre el nutrido fuego de fusilería de los liberales, emprendieron la huída dejando tirados a sus muertos, heridos, armas, parque, caballos, cañones, monturas e instrumentos de música de la banda militar que traían.

Después de cuatro horas de combate en la que salieron victoriosas las fuerzas republicanas comandadas por el coronel Gregorio Méndez Magaña, procedieron a levantar los trofeos de guerra consistentes en un cañón llamado el “Niño" con el que fue destrozado Jacinto
López; 133 hatos de metrallas; 12 cajas de parque para fusil; 10 mosquetes; 17 lanzas; 3 espadas y 15 caballos ensillados.

Esta batalla, que es recordada en la historia de Tabasco como la Heróica Batalla de Jahuactal fue el inicio de la derrota de los franceses que creyéndose estirpe privilegiada, quisieron mancillar estas tierras tabasqueñas, pero Méndez, Magallanes, Castillo, Merino y otros próceres cunduacanenses con valor ypatriotismo, demostraron su repudio al monarca Maximiliano. Con ésta gesta, México y Tabasco se libraban de los invasores el país continuaba conservando su soberanía.




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